Raúl Martínez, crítico de cine.
Con el cementerio viviente, película de 1989, finalizaba una de las mejores décadas de la historia en cuanto a cine, música y televisión (por lo menos para un servidor) y nos llegaba con esta simple historia de terror sobre un doctor y su familia que se instalan en una vivienda próxima a una carretera con mucho tráfico de camiones. De ahí a un sendero que les encamina a un cementerio de animales; y éste, a su vez a un antiguo cementerio indio. En dicho cementerio, los vecinos, les cuentan que existe una leyenda donde se afirma que todo cuerpo enterrado en él resucitaría
Admito que la historia era muy de telefilm, a la vez que aterradora; pero en aquella época de videoclubs la portada me ganó. Y no solo la portada, conforme la fuí viendo iba adivinando lo que sucedería, sí vamos, yo y cualquier espectador. La historia es previsible.
“Hay una senda después del cementerio de animales pero ni se te ocurra ir por allí…”
“Cualquiera que sea enterrado en el cementerio indio volverá a la vida sin ser el mismo de antes, volverá más agresivo y peligroso…” Advertencias, que como cualquier persona normal si sabes que no debe hacerse, lo harás. Y por supuesto, así es como ocurre; de lo contrario no habría película.
El maquillaje es espectacular para la época, tanto fue así, que en los descansos del rodaje nadie quería comer junto al fantasma rubio de ojos claros. Era muy realista. El cementerio viviente en un principio iba a estar dirigida por George A. Romero, pero como el rodaje se atrasó varios meses Romero tuvo que abandonar el proyecto para encarar la preproducción de Two Evil Eyes (1990), codirigida con Darío Argento. También se le hizo el ofrecimiento a Tom Savini pero finalmente se contrató a Mary Lambert.
El videoclip me atrapó, tanto que en una época donde trabajé en televisión y era el encargado de continuidad. cada sábado por la noche finalizaba la programación con el videoclip.
Stephen King reconoció ser fanático del grupo musical The Ramones y fueron ellos los encargados de la banda sonora original. El tema Pet Sematary fue incluido en el disco Brain Drain del grupo, editado en 1989, mismo año del estreno de la película. La novela de King se publicó el 14 de noviembre de 1983.
La trama casi estuvo basada en hechos reales ocurridos al escritor. El gato de la hija de King, Smucky, murió atropellado en la carretera que había junto a la casa familiar y poco después, en la misma carretera , otro camión estuvo a punto de matar a Owen, el hijo de dos años del novelista. Él daba clases en su antigua universidad y la película se filmó a 20 minutos de donde vivían. Es por ello que al autor le horrorizara que la novela viera la luz del día y la escondió en un cajón durante tres años. Tal vez estaba escrito en alguna parte que tenía que publicarse a pesar de lo previsible que pudiera resultar, estuvo 32 semanas como la novela más vendida.
Es de esas películas llenas de detalles curiosos (como referencias a Cujo), donde el propio King hace de cura en el funeral. Confieso que a partir de esta película los gatos por la noche me dan un mal rollo bastante considerable, y cuando veo alguno atropellado es inevitable acordarme del cementerio de animales. En cuanto al niño, me quedo sin palabras, consigue aterrarte y enternecerte al mismo tiempo, haciendo que lo pases igual de mal que el padre en la película.