By Raúl Martínez, crítico de cine.
Actualmente en cualquier conversación de amigos cuando sale el tema “series” parece que todos (menos un servidor) están muy puestos en el tema. La mayor parte de la ciudadanía ha empezado, está a medio o algunos ya la vieron gracias a las nuevas tecnologías. He de reconocer que en cuestión de calidad, no sólo de guiones, están superando al cine. Por un lado está bien que dicho sector se haya puesto las pilas y ofrezca una calidad envidiable, pero por otro, está claro que le hace sombra al cine, lo que conlleva que los productores inviertan cada vez menos en el séptimo arte y en especial, en el género terror.
Volviendo a las series, como es normal en mi, miro hacia atrás, e intento buscar alguna que me haga entrar en la conversación con mis amistades aunque éstas, tal vez, ni sepan de lo que estoy hablando. Lo que sí es verdad es que cualquier amante del terror de cierta edad ha visto u oído hablar por lo menos de una mini serie escrita en forma de novela por el maestro Stephen King. Tras escribir Carrie se inspiró en Drácula y se preguntó ¿qué hubiera ocurrido si “el maestro de las sombras” apareciera en la América de los setenta? Y tras varios días con esa pregunta en la cabeza pensó :¿Y si llegase a aparecer en un pequeño pueblo? Así nació “Second Coming” (Segunda Venida), pero más tarde se decidió por “Jerusalem,s Lot” . Los editores pensando que sonaba demasiado religioso y recortaron el título a “Salem,s Lot” , llamándose al final para la miniserie “El Misterio de Salem,s Lot”. Aunque la primera publicación en España se tituló “La hora del vampiro”.
Fuera como fuese la miniserie fue todo un éxito en nuestro país; el director fue Tob Hopper que ya nos había maravillado a los amantes del género con La matanza de Texas. Se aprovechó el boom y se llevó a cabo una versión para cine recortada llamada erróneamente “Phantasma 2”. En 2004 se realizó un remake innecesario de la miniserie protagonizada por Rob Lowe.
Los recuerdos de la miniserie se me quedaron grabados a fuego y existen escenas que no olvidaré jamás; lo que la convierte en un clásico del terror. Ha envejecido muy bien con el paso de los años y es una lástima que en mi videoteca solo disponga de la versión de cine recortada. Entre las escenas destaquemos la que sin duda todos los que la vimos en su día recordamos. La del niño volando por la ventana y pidiendo entrar.. Hasta Los Simpsons no pudieron evitarlo e hicieron un cameo en el que es Bart el que está en la ventana de Lisa. Yo personalmente me tiré unas cuantas noches aterrado mirando la ventana antes de coger el sueño. ¿Pero qué es el terror si no esa sensación que te corre todo el cuerpo despertando tu imaginación? Aún, de adulto, dicha escena me causa respeto. El niño que interpretó la escena era Ronnie Scribner y tuvo una carrera corta como actor, finalizando en 1982. En la actualidad es corredor inmobiliario y recuerda con satisfacción dicha escena, ya que ha afirmado en numerosas ocasiones “fue muy divertido grabarla”, estando muy satisfecho de la respuesta que tuvo entre el público en general.
Hay que hablar de una escena eliminada en la que el niño vampiro va transformando a todo el pueblo. Y otra que también fue suprimida del montaje final en la que el párroco, lleno de problemas, es asesinado por el “vampiro maestro” profanando el cuerpo, decapitándolo y colgándolo boca abajo. Unas escenas que, a mi parecer, tal vez fueron descartadas por su crudeza. Y hablando del “vampiro maestro”, Kurt Barlow, está claro que fue un homenaje al clásico Nosferatu de 1922.
Los días en los que emitieron la miniserie (fecha de estreno el 10 de septiembre de 1985) fueron unos días que todo el mundo hablaba de los vampiros entrando por la ventana, de niños que se despertaban en sus ataúdes y de la señora que despierta siendo muerta viviente e intentado atacar a un David Soul (Starsky y Hutch) que era el Van Helsing de la película.
No solo eran las lentillas de los actores-vampiro, había algo más, había un trabajo bien hecho para una serie que recordaremos los amantes del género de la época durante muchos años.